¿Qué son las hernias?
Una hernia (palabra latina que significa rotura) consiste en una protrusión de las vísceras de la cavidad abdominal, que se salen a través de un orificio existente en las capas que soportan dicha cavidad. Puede ser congénita (debilidad del tejido conjuntivo) o desarrollarse a lo largo de la vida. Así, por ejemplo, un trabajo físico intenso, el aumento de la presión sobre la cavidad abdominal, la tos crónica o un exceso de presión debido al estreñimiento crónico pueden provocar la aparición de una hernia. Cuando las hernias son pequeñas, al principio los pacientes notan con frecuencia dolores en forma de tirón que aparecen sobre todo durante un esfuerzo o en situaciones de carga. A medida que la lesión evoluciona, puede producirse una hinchazón visible que se siente como un bulto bajo la piel. Esta protrusión (que recibe el nombre de saco herniario) surge cuando partes del intestino rompen las capas musculares que rodean la pared abdominal por todos lados. Aunque aproximadamente tres de cada cuatro hernias afectan a la ingle, no se limitan a esta región del cuerpo. La llamada hernia umbilical es la segunda hernia más frecuente de la pared abdominal. En este caso, se forma una protuberancia en el ombligo con el saco herniario inferior hacia fuera. Tras una intervención abdominal con apertura de la pared abdominal, la cicatriz implica un debilitamiento de la capa muscular. La llamada hernia incisional es una complicación frecuente después de las intervenciones citadas y afecta aproximadamente a uno de cada 10 pacientes. En este caso, se produce una protrusión del tejido.