¿Qué riesgos entrañan las hernias?

Mientras sea posible volver a empujar el saco herniario hacia su lugar, muchas personas viven con esta alteración, con frecuencia por miedo a someterse a una intervención quirúrgica. No obstante, una hernia no retrocede nunca por sí misma. Al contrario: con cada nueva rotura, la apertura de la hernia se hace más grande y las molestias aumentan. Si las asas intestinales que se han desplazado hacia el saco herniario quedan estranguladas en este punto y no se produce el recambio sanguíneo necesario, puede producirse un atrapamiento de ciertos órganos, una necrosis de los tejidos o una obstrucción intestinal (íleo), lo que, en el peor de los casos, puede poner en peligro la vida del paciente. Así pues, las personas que tengan una hernia deben acudir indefectiblemente a un médico especialista para iniciar a tiempo el tratamiento que proceda.